La investigaciones en neurociencias han demostrado que toda vivencia puede transformar las conexiones neuronales y establecer mediante nuevas experiencias, otras conexiones.
También nos explica que hay neuronas en otros órganos del cuerpo, que la conexión entre nuestro cerebro con el resto del cuerpo hace que podamos inducir cambios desde el pensamiento y también desde la corporalidad.

La neuroplasticidad de nuestras neuronas hace que podamos transformarnos y decidir cómo vivir.

El Poder Oculto del ADN: Descubrimientos Rusos sobre la comunicación. 

Investigaciones rusas sugieren que el 90% del ADN tiene un papel fundamental en nuestra capacidad para percibir y conectar de maneras profundas. Este ADN no solo organiza el cuerpo, si no que también actúa como un canal de comunicación y almacenamiento de información, como si fuera un reflejo de los lenguajes humanos y las emociones. 

Lo más impactante de este descubrimiento es cómo el ADN responde a las frecuencias de las palabras y pensamientos. Se ha demostrado que mediante ciertas frecuencias, como las ondas de radio o la luz láser, el ADN puede ser reprogramado sin necesidad de intervenciones quirúrgicas. Este enfoque resalta el poder de la palabra y la vibración, explicando fenómenos como la autosanación o la influencia de nuestras intenciones en nuestro bienestar físico y emocional. Es como si nuestras emociones y pensamientos pudieran transformar directamente nuestro cuerpo, liberando un poder que todos llevamos dentro, pero que a menudo no comprendemos completamente.

Además, el ADN parece tener una conexión con la "hipercomunicación", que se manifiesta como intuición o inspiración. Esto sugiere que, al estar en un estado de relajación o calma, podemos acceder a un flujo de información que va más allá de nuestro conocimiento consciente, una experiencia profundamente conectada con nuestra esencia emocional. Este fenómeno también tiene que ver con nuestra relación con el mundo y con otros, lo que permite una comunicación más allá de las palabras, como una conciencia colectiva compartida.

 

Finalmente, se habla de la capacidad del ADN de almacenar y transmitir información de formas que desafían las leyes del espacio y el tiempo, mostrando que somos mucho más que solo seres físicos; somos también canales de conexión y energía emocional. Este conocimiento nos invita a revalorar nuestra conexión con nosotros mismos, con los demás y con el universo, reconociendo que, a través de nuestras emociones y pensamientos, tenemos un poder increíble para influir en nuestra realidad.